domingo, 29 de mayo de 2016

Los dirigentes del Cordobazo



Entre los dirigentes más reconocidos se encuentran Agustín Tosco (Luz y Fuerza) y Atilio López (UTA). Poco después surgirá el clasismo representado en los sindicatos SITRAC-SITRAM (Fiat Concord y Fiat Materfer).

Atilio López, era miembro de la izquierda peronista. En 1973 llegó a ser vicegobernador de la provincia hasta el golpe policial que pasó a la historia como Navarrazo, en febrero de 1974. Asesinado por la Triple A, organización paraestatal armada directamente por Perón desde el gobierno al que López había apoyado.

Tosco fue muy combativo, estuvo preso varios años e incluso murió en la clandestinidad. No era apolítico pero difería del clasismo, como orientación política. Postulará la necesidad de desarrollar el sindicalismo de liberación. Pero planteaba que la pelea contra el imperialismo y los monopolios era el necesario primer paso en la lucha por el socialismo. En esta etapa había que forjar una alianza con sectores pequeños y medios de la clase capitalista nacional, afectados por la dominación imperialista. Esto se traducirá, en el terreno político, en la búsqueda de una alianza estratégica con sectores de la izquierda peronista, a la que subordinará tanto su intervención política como su relación con el conjunto de las corrientes sindicales.
La corriente del sindicalismo de liberación se diferenciaba del clasismo en dos
se grado características locales. Tosco priorizaba los acuerdos con sectores burocráticos, por eso estaba con la CGT de los Argentinos dirigida por Ongaro y la política encabezada por Atilio López, de presión sobre el ala “combativa” de la burocracia sindical cordobesa, no como una cuestión táctica sino como una cuestión estratégica. El propio dirigente del clasismo, Gregorio Flores, recordaba que Tosco le había confesado: “Mirá Gregorio, yo soy de izquierda, soy marxista, orgánicamente no estoy dentro del PC, pero no quiero romper con ellos. Me lo dijo mil veces”. Por otra parte, políticamente nunca se definió por la independencia política de los trabajadores, a diferencia de los clasistas. La experiencia clasista, más allá de algunos intentos posteriores por mantener la organización de las fábricas, llegaba a su fin. Y este desenlace, muestra a la vez, que las alianzas estratégicas de Tosco con la burocracia estuvieron por delante y lo
enfrentaron al clasismo en un momento determinante.
El SITRAC-SITRAM expresó una tendencia de los trabajadores a la independencia de clase y al enfrentamiento con la ideología peronista oficial de los sindicatos: la formación de cuerpos de delegados por sección, decidir todas las cuestiones en asamblea y levantar un programa que plantea la independencia política del Estado, de la patronal y de los partidos políticos patronales, también planteando la necesidad de luchar por el socialismo.

René Salamanca era obrero y miembro del Cuerpo de Delegados en la IKA-Renault, donde dirigió la Lista Marrón del SMATA. Miembro del Comité Central del Partido Comunista Revolucionario (hoy más conocido como CCC), al que ingresó en 1968. La política de este partido maoísta era la colaboración de clases.
Cuando se refería al “clasismo” solo lo hacía en el terreno sindical, ya que a nivel político apoyó a los sectores más de derecha del peronismo, incluso al gobierno de Isabel Perón. En 1972 llegó a ser secretario general de la seccional Córdoba con un frente único que abarcaba peronistas y radicales. Fue desaparecido en el golpe de 1976.

Otras organizaciones como el PRT El combatiente, opinaban equivocadamente que la clase trabajadora de la industria estaba aristocratizada y que el sujeto revolucionario estaba en el proletariado de los ingenios de Tucumán. El trotskismo existente en la época (Política Obrera, hoy PO, y el PRT La verdad, luego PST) no jugaron ningún rol en este enorme hecho de la lucha de clases.

Gabriela Liszt

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