domingo, 26 de mayo de 2013

Un "modelo" de negocios para los empresarios


La economía entre 2003 y 2011 creció a una a tasa promedio del 7,2%. En 2012 el crecimiento sólo fue 1,9% y este año estará apenas por encima de ese valor. El crecimiento de los primeros años se logró por el enorme golpe al salario obrero que significó la devaluación. A esto se sumo el “viento de cola” de la economía internacional y los altos precios de las commodities que beneficiaron a toda América Latina. La devaluación permitió que Argentina tuviera superávits gemelos: comercial (mayores exportaciones que importaciones) y fiscal (mayor ingresos por impuestos que gastos estatales). El superávit fiscal ya no existe más y el comercial está deteriorándose. La inflación, que expresa el intento empresario de sostener sus márgenes de ganancias, se suma a esos problemas. El agotamiento del “modelo” es evidente. El balance de la “década ganada” exhibe la expansión de los negocios mineros y agrícolas, mientras no existió una nueva industrialización. Creció la gravitación del capital imperialista y la dependencia económica, sin superarse el atraso económico. Los ganadores de la década fueron las grandes empresas que lograron beneficios extraordinarios. En esta página buscamos develar varios de los “mitos” que constituyen el relato económico K.

Crecimiento industrial sin industrialización

Si bien hubo recuperación industrial y las empresas hicieron grandes negocios, no se crearon nuevas ramas industriales. Siguen existiendo prácticamente las mismas que en los ’90. Por eso, muchas empresas dependen de altas proporciones de insumos importados. La industria es fuertemente dependiente y desarticulada. Muchas industrias son directamente “armadurías”, como la electrónica de Tierra del Fuego. El sector industrial más dinámico fue el automotriz que se ligó al crecimiento de Brasil. Unas pocas terminales multinacionales dominan esta industria que opera a ambos lados de la frontera: Volkswagen (Alemania), General Motors (EE,UU.), Ford (EE.UU.), Renault (Francia), Peugeot (Francia) y Fiat (Italia). Estas automotrices generan déficit de divisas debido al escaso desarrollo de la producción de autopartes: a medida que crece la producción de autos crece la necesidad de importar partes desde otros países.
Prácticamente en ningún año el crecimiento industrial fue acompañado por inversiones que permitieran ampliar la capacidad de manera acorde. Esto refleja que los empresarios aprovecharon la capacidad instalada disponible a la salida de la convertibilidad sin realizar inversiones significativas. Los bajos salarios y los mayores ritmos de trabajo sirvieron a los empresarios para contrarrestar las escasas inversiones.

Minería contaminante

La mega-minería contaminante se expandió como nunca en la historia argentina. Muchos proyectos se gestaron con el menemismo, pero se pusieron en actividad con el kirchnerismo. El marco regulatorio de los ’90 que privilegia el ingreso de inversiones extranjeras para la gran minería continuó: ofrece incentivos fiscales, libre disponibilidad de la propiedad de los recursos minerales y liberalización en el movimiento de capitales. A su vez, da estabilidad fiscal y seguridad jurídica a muy largo plazo. Complementariamente, las exigencias ambientales fueron muy escasas, a diferencia de lo ocurrido incluso en los países imperialistas.

El paraíso de la soja

A pesar del conflicto de 2008, el gobierno el benefició a las multinacionales agrarias. En 2012, incluso con menor producción de soja por la sequía, el 22% de las exportaciones fueron de oleaginosas (29% en 2011). Los grandes comerciantes globales, junto con un puñado de grandes empresas nacionales, prácticamente monopolizan el comercio exterior agrario y son los principales “proveedores” de dólares.

El famoso “desendeudamiento”

La deuda externa es una estafa pergeñada en los ’70 por los grandes bancos internacionales y operó como mecanismo de subordinación para lograr la desregulación y la apertura económica que hoy continúan. Esta estafa contó con la participación de vastos sectores de los empresarios que siguen dominando la economía y fugando riquezas. El conflicto con los “fondos buitres” dejó al descubierto los miles de millones de dólares que se pagan puntualmente en la plaza de Nueva York y el “cepo” cambiario tuvo entre uno de sus fines juntar las divisas para rendir pleitesía a esa deuda. En los canjes de 2005 y 2010 el gobierno concedió enormes beneficios. Por eso muchos “buitres” entraron en aquellas operaciones, donde bonos comprados por centavos les eran reconocidos a mucho mayor valor e incluían incentivos adicionales como pagos extras en función de la inflación y el crecimiento del país.
La deuda siguió aumentando. Ahora, el gobierno argumenta que gran parte de ella está en manos del Estado porque para financiarse coloca bonos en la Anses, el Pami y el Banco Central, entre otros organismos. Pero esto devela que el gobierno negó el 82% móvil a los jubilados para pagar la deuda. La nacionalización de las AFJP no benefició a los jubilados, sino a los “buitres” que entraron a los canjes y a muchas empresas que obtuvieron préstamos baratos. Desendeudamiento es un nombre pretencioso para esta política de pagos generosos y dilapidación de recursos públicos.

¿El gobierno enfrenta a las corporaciones?

Las ganancias empresarias desmienten el latiguillo del gobierno, según el cual enfrenta a las corporaciones. Entre 2003 y 2012 aumentaron 317% las ganancias de las empresas que cotizan en bolsa. Las de finanzas y seguros subieron aún más: un 344%. El relato contra los especuladores no afectó a este sector que ganó $7.350 millones en 2012, ubicándose segundo entre los sectores que más ganaron. El odiado Grupo Clarín entre 2005 y 2012 (en 2004 tuvo pérdidas) aumentó sus beneficios un ¡3453%! Los sermones de los oficialistas de Página/12 contra los monopolios no impidieron que Techint colocara a dos de sus empresas entre las que más ganaron en 2012: Tenaris se ubicó primera en el ranking de la bolsa con ganancias por $8.368 millones y Siderar con $540 millones en el puesto 13. A los beneficios de la devaluación y el salario barato, se sumaron en muchas ramas de la producción (como transporte y la energía) enormes masas de subsidios. De ellos comieron Roggio, Cirigliano y otros. Todos ellos son los ganadores de la decada.

Crecimiento industrial sin industrialización

Entre 2003 y 2012, la producción industrial se incrementó un 78%, mientras que la capacidad sólo un 48%

Minería contaminante

En Santa Cruz, Cerro Vanguardia entró en actividad en 1998, pero sostuvo un crecimiento importante en los últimos años En San Juan, Veladero entró en actividad en 2005, Gualcamayo en 2009 y Casposo en 2010. Pascua Lama (Barrick Gold) entraría en producción a fines de 2014. La cotización de la onza de oro pasó de 364 dólares en 2003 a 1.372 en la actualidad: aumentó 277%

El paraíso de la soja

Principales empresas ganadoras: Cargill (EE.UU.), Toepfer (Alemania), ADM (EE.UU.), AGD (Argentina), Bunge (EE.UU.), Dreyfus (Francia), Molinos (Argentina), Nidera (Holanda). Precio de la soja: pasó de $473 por tonelada en mayo de 2003 a $1.641 en abril de 2013: aumentó 247%

El famoso “desendeudamiento”

Deuda en 2005 (luego del primer canje): 126 mil millones de dólares Deuda al 30/6 de 2012: 183 mil millones de dólares. Entre 2005 y 2012 en promedio el 37% de los recursos del Estado se fueron en pagos de intereses y capital de la deuda. En 2013 se pagará un total de 17 mil millones de dólares de deuda pública: 11 mil son de capital y 6 mil de intereses. Es casi el doble que el presupuesto de educación y casi 3,4 presupuestos de salud.

Los anuncios de CFK y la distribución de la riqueza

Preparando los motores para las elecciones, CFK anunció un aumento del 35,3% en la Asignación Universal por Hijo y por Embarazo, que pasará de 340 a 460 pesos. También se incrementará el tope para recibir las asignaciones familiares, que pasará de $7000 a $8400 para los trabajadores solteros registrados y de $14.000 a $16.800 por grupo familiar. Además, se subirán otras asignaciones excepcionales.
CFK teatralizó el esfuerzo presupuestario que hará el Estado y llamó a los empresarios a mantener el compromiso con el trabajo y la producción. Por la AUH, 3.368.726 niños recibirán un total de $18.750 millones anuales, mientras unas 80 empresas que cotizan en bolsa ganaron $27.000 millones en 2012. Esta es la medida de su compromiso con el “modelo”. Los escribas del gobierno repiten, como es habitual, que esta medida es para incluir a los que menos tienen, combatir la pobreza y aumentar el consumo. En Página 12 destacaron como virtud que “el beneficio pasará a representar el 13,5% del salario que cobran en promedio los trabajadores no registrados”. Pero lejos de cualquier virtud, esas cifras indican que los trabajadores no registrados tienen salarios miserables de $3.400 promedio, que no alcanzan ni a la mitad de la canasta que necesita una familia para llegar apenas a cubrir los gastos del mes.
Entre 1993 y 1999, la participación de los salarios en el ingreso nacional promedió el 38,3%. Pero en la “década ganada” bajó un poquito, al 37%. Esto lo dicen estudiosos afines al “modelo” en la Revista Apuntes para el cambio N° 3. A este ritmo de “distribución de la riqueza” amplios sectores de la población no tiene ninguna perspectiva de salir de la pobreza, ni siquiera en una década más.

Pablo Anino

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