jueves, 16 de mayo de 2013

Cultura precarizada



El vaciamiento del Programa Cultural en Barrios sigue avanzando en la Ciudad. Falta de presupuesto, de insumos y 500 docentes precarizados dan cuenta de una desidia política que se profundiza desde 2007.

El Programa Cultural en Barrios funciona en la Ciudad de Buenos Aires desde 1984 y en estos casi 30 años de existencia muchas de las problemáticas que afectan a los trabajadores no solo no han sido resueltas sino que han empeorado. La precarización laboral, el sistemático retraso en el pago de sueldos y la falta de insumos son solo algunas de las amenazas que atentan en contra del único programa del Gobierno porteño dedicado promover la cultura dictando talleres de forma gratuita en los barrios de la Ciudad.
María Sol Copley, miembro de la Junta Interna de Delegados del Programa Cultural en Barrios (Asociación Trabajadores del Estado - ATE), en dialogo con Marcha explicó algunas de las problemáticas laborales que hoy aquejan a los 500 docentes que trabajan en el programa. “Recién la semana pasada cobramos los sueldos correspondientes a los meses de enero, febrero, marzo y abril. Durante todo ese tiempo estuvimos trabajando sin recibir nada”, contó.
Pero esta situación no es nueva, ya que es consecuencia de las vergonzosas condiciones en las que están contratados por el Gobierno de la Ciudad todos los docentes que brindan talleres en 36 centros culturales porteños. “Nosotros estamos en planta transitoria de docentes no formal, en diciembre se cae el contrato y se renueva en abril, mientras que nosotros trabajamos todo el año”, detalló Copley. Bajo esas condiciones laborales, los docentes no cobran antigüedad y no poseen cobertura de la obra social durante los meses en los que figuran como “no contratados”, a pesar de que les es descontada de sus sueldos. “Además no tenemos estatuto, no podemos reunirnos a discutir paritarias y, obviamente, pueden echarnos cuando tengan ganas”, agregó la delegada de ATE.
Hace muchos años que el programa tiene este tipo de problemas, pero desde 2007 la desidia en materia laboral se profundizó. Reclamos en la calle, talleres abiertos frente a la Casa de la Cultura y asambleas fueron medidas casi constantes para dar a conocer la situación, pero que no bastaron para cambiarla.

Vaciamiento

La página de la Ciudad de Buenos Aires presenta: “El Programa Cultural en Barrios fue creado con el objetivo de promover y fomentar de manera efectiva y gratuita el acceso a bienes y servicios culturales de todos los habitantes de la Ciudad”. Sin embargo no menciona los problemas que viven los trabajadores ni el paulatino vaciamiento que el programa viene sufriendo.
Para el 2013, el gobierno porteño aumentó en un 100% el presupuesto destinado al programa pero los docentes no vieron ni un peso de ese dinero transformado en salarios, ni en talleres, ni invertido en los centros culturales. Mariano Ferreyra, promotor del programa en el Centro Cultural Roberto Arlt y delegado de ATE, relató: “En 2007 la primer medida que tomaron el Jefe de Gobierno Mauricio Macri, el ministro de Cultura Hernán Lombardi y el coordinador del programa ‘Guillermo González Heredia‘ fue cerrar la mitad de los talleres, medida que nosotros pudimos frenar a fuerza de luchas y reclamos”. Sin embargo el vaciamiento avanzó de distintas maneras. “La precarización laboral es una de las formas que tienen de vaciar el programa, porque genera que muchos docentes tengan que renunciar por las condiciones laborales y otra es la falta de insumos”. Es que a partir de 2007 los bonos para insumos fueron eliminados y los centros culturales dejaron sistemáticamente de contar con dinero para los materiales necesarios. “Cada centro cultural busca la forma de arreglárselas, nosotros optamos por pedir donaciones a los vecinos. Ellos nos traen lo que pueden, productos de limpieza, útiles y materiales para los talleres”, contó Ferreyra, al tiempo que aseguró que “este tipo de falencias hacen que los talleres vayan de a poco perdiendo calidad”.
María Sol Copley cuenta que se indigna cuando ve que la Gobierno porteño realiza gastos millonarios en shows sobre la avenida Corrientes mientras que los docentes tienen que pelear por un aumento salarial de $100. Y lo mismo pasa al escuchar a Ferreyra contar que los vecinos llevan la lavandina para la limpieza de los baños.

Marina Sette.

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