sábado, 30 de abril de 2022

Saccomanno


Aunque el discurso inaugural de la Feria del Libro es siempre motivo de comentarios en el mundillo político e intelectual por tratarse del mayor evento editorial de nuestro país, el caso de Guillermo Saccomanno se distinguió por un conjunto de motivos. En lugar de alabanzas, arrojó críticas. Prefirió “ahondar en la tensión”, dijo, en vez de repartir agradecimientos. Afirmó que era el primer escritor en cobrar su trabajo, el de redactar y pronunciar el discurso inaugural. Algunos editores, detalló, se opusieron por el precedente que significaba pagarle a un escritor por subir al estrado, y que era suficiente remuneración el ´prestigio´ que significa inaugurar la feria de una industria que mueve millones. “No creo que mencionar el dinero en una celebración comercial sea de mal gusto. ¿Acaso hay un afuera de la cultura de la plusvalía?”, se preguntó. Saccomanno también criticó el lugar que alberga a la Feria, el predio de La Rural; refirió a los oligopolios de la industria del papel, Ledesma y Celulosa Argentina; denunció el bajo porcentaje que cobran los autores sobre el precio de tapa de un libro; habló de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, de Nicolás Trotta y Soledad Acuña; habló de su adolescencia, de su escritura y de sus lecturas.
 Los macristas lo criticaron por prosaico y los kirchneristas y Página/12, lo celebraron. Diez años atrás, Saccomanno formó parte de Plataforma 2012, un grupo de intelectuales que, dentro del campo de la progresía, pretendía diferenciarse de la alcahuetería de Carta Abierta y “recuperar el pensamiento crítico”. Saccomanno se apartó pronto de ese grupo, tras la publicación de su primer documento, que albergaba un conjunto de denuncias (megaminería, leyes antiterroristas, etc), cuando él esperaba un texto de “apoyo crítico” al gobierno kirchnerista. Pensamiento crítico sí, pero no tanto.
 Saccomanno habla de trabajo no remunerado. Esa es la condición del asalariado. De esa confiscación del tiempo y el esfuerzo del obrero se nutre el capital. A algunos obreros los condena a la desocupación crónica, a un sub-existencia por debajo de los valores nutricionales y ambientales que se consideran el umbral de la civilización. El Estado, a cambio de 16 mil pesos mensuales -lo que cuestan tres o cuatro volúmenes en cualquier stand de la Feria- los conchaba en ´cooperativas´ y ´unidades ejecutoras´ como mano de obra sin derechos para que los intendentes los pongan a realizar el trabajo de los empleados municipales bajo convenio, que ganan un poco más del doble. A otros trabajadores, que revisten como ejército de reserva permanente, ni siquiera eso, aunque acampen días y noches y semanas en las puertas del Ministerio de Desarrollo Social. Cuando Saccomanno habla del “el 40% estadístico de pobreza”, debe saber que esta incluye un porcentaje enorme de asalariados en relación de dependencia. La burocracia sindical se ha encargado de perpetuar esta situación, firmando sistemáticamente paritarias por detrás de la inflación de precios. 
 Pero no es esta solamente la condición del obrero de la industria o el empleado del Estado. Hay una masa de trabajo intelectual no remunerado, no ya en términos relativos sino absolutos, que la constituye la labor de los llamados ´docentes ad honorem´ en la Universidad de Buenos Aires, que se cuentan por millares. A ellos, como se pretendía de Saccomanno, se les retribuye con “prestigio” y nada más. Cada tanto, el rectorado de la UBA -que es una trenza de macristas y peronistas- deja caer un puñado de rentas para ellos, pero son distribuidas fuera del control de los afectados entre las camarillas profesorales que dominan el mundo académico. 
 Cuando se refiere al predio de La Rural, Saccomanno se queja de que “se le pague un alquiler sideral a la institución que fue instigadora de los golpes militares que asesinaron escritores y destruyeron libros”. Sincera que han tenido la amabilidad de explicarle que “no hay otro lugar de magnitud capaz de albergar tantos expositores y facilitar el ingreso de una multitud”, pero acusa a que el cambio de sede se relaciona con la falta de apoyo del Estado. Digamos nada más que la Sociedad Rural se alzó con ese predio privilegiado, ubicado en un punto estratégico de la Ciudad de Buenos Aires, mediante una maniobra fraudulenta típicamente menemista y que nadie, pero nadie, se atrevió a mover un dedo para desalojarla de allí, incluso durante los 14 años de gobiernos ´nacionales y populares´. 
 Fue feroz con el oligopolio de la industria papelera. Habló de Blaquier y Ledesma, pero podemos agregar que Blaquier le dedicaba poemas a la actual vicepresidenta, en la época que Bioledesma se alzaba con el 60% del cupo de la producción de bioetanol en el país. Por los crímenes cometidos por la dictadura en el Ingenio Ledesma, que Saccomanno vino a recordar, Blaquier ha gozado y goza de completa impunidad, bajo todos los gobiernos de la ´democracia´, de 1983 a esta parte.
 En otro plano, Saccomano se retrotrajo a su infancia en Mataderos, a la biblioteca de su padre, donde convivían Bakunin, Zola, Arlt, Marx y Dostoievski; a la huelga del frigorífico Lisandro de la Torre; el ´manoteo´ de algún libro en un puesto de usados durante su adolescencia, cuando trabajaba de cadete. Subrayó el carácter comercial del evento que le tocaba inaugurar y se ubicó en el lugar que le tocaba representar en ese circuito como -se ha dicho antes-, ocurre con cualquier trabajador en la sociedad actual – “Nuestra relación con los editores es siempre despareja. Nos sentamos en desventaja a ofrecer nuestra sangre, no otra cosa es la tinta”. El discurso de Saccomanno tuvo el mérito de correr el velo romántico que muchas veces recubre el oficio de escritor. 
 El capitalismo es la cultura de la industria. La burguesía monopoliza el saber y de los medios de expresión. Que las masas se apropien de su acervo es la tarea histórica del proletariado y requiere de su dominio político en la sociedad – el gobierno de los trabajadores. En eso consiste subvertir el orden actual de las cosas. 
 El pensamiento crítico solo merece ese nombre cuando es implacable. 

 Jacyn 
 30/04/2022

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