sábado, 16 de abril de 2022

Ernesto Gut: “Tenemos que recuperar a las asociaciones y sindicatos y unificarnos con los estudiantes y demás trabajadores de la cultura”

En el día de ayer, artistas y trabajadores del sector audiovisual se movilizaron a las puertas del edificio del INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) en el centro porteño, para reclamar, entre otras reivindicaciones, la renuncia de Luis Puenzo, su director.
 Luego de sufrir una brutal represión por parte de la policía de la Ciudad, volvieron a tomar la calle.
 Entrevistamos a Ernesto Gut, documentalista que fue parte de la movilización. Dirigió los largometrajes “Una historia de Madres”, “Cuarenta Balas – El Caso Fischer-Bufano” y “Candomberos de dos orillas”, entre otros.

 ¿Cómo nació esta movilización?

 La movilización de este lunes fue una reacción muy demorada a una situación de crisis en el INCAA que hace tiempo que no da para más. En el INCAA se aplica una profundización de las políticas macristas, sin que las asociaciones del cine independiente, en dos años y medio de ataques de la gestión, salieran a la calle a exigir por nuestros derechos y por la defensa del cine que se realiza por fuera de las grandes productoras. Hace tiempo que la vocación de diálogo ya había demostrado su impotencia frente al avance de los sectores más concentrados de la industria audiovisual sobre los fondos de fomento, particularmente por parte de las plataformas de streaming estadounidenses, que quieren hacer tabla rasa del cine independiente y de los derechos laborales de los trabajadores de la industria, altamente calificados, a fin de montar en la Argentina su fábrica de chorizos audiovisual, de bajo costo y nulo contenido cultural. 
 Pero la crisis es tan extrema que el inmovilismo finalmente se rompió. Y quedó claro que sin la presencia en las calles no hay salida para los sectores más débiles del ámbito del cine, particularmente los realizadores y productores de bajos recursos, que realmente dependen del fomento para sus producciones, generalmente no comerciales. 

 Además de la exigencia de renuncia a Luis Puenzo, ¿cuáles son las principales reivindicaciones de los trabajadores audiovisuales que se movilizaron? 

 A la situación puntual del INCAA y su gestión, caracterizada por obstaculizar de mil maneras el fomento a las producciones más chicas, se suma la inminente caducidad de los recursos impositivos con que se sustentan el INCAA y otros organismos de apoyo a la cultura. Por una ley votada en 2017, a partir del 31 de diciembre de este año los impuestos que por ley están destinados a integrar directamente los fondos del INCAA, van a ser utilizados arbitrariamente por el Tesoro Nacional. Con el acuerdo con el FMI de por medio, no hay que ser un genio para saber que esa plata no va a ir a financiar la cultura. La caducidad de estos fondos afectaría además, si no se revierte esta caducidad por una ley del Congreso, también al ámbito del teatro, de la música y a las bibliotecas populares, entre otros sectores de la cultura. La movilización también planteó la necesidad de que se vote una ley ya presentada en el Congreso, que prorrogaría por varios años la vigencia de estos fondos. 
 Pero la gestión de Puenzo no movió un dedo para impedir que se concrete este inminente fin del fomento, por lo cual es partícipe directo de la liquidación del organismo que dirige. Esto también ha alimentado la bronca: con esta gente, obviamente, vamos al muere.
 De estos fondos que podrían desaparecer a fin de año depende además la escuela del INCAA, la ENERC, que ve amenazada su existencia. A eso se debe el importante papel que jugaron los y las estudiantes en la jornada de lucha del lunes, cuando ante la represión y las detenciones de la Policía de la Ciudad logramos enfrentar a las huestes de Larreta, que ensayaban una anunciada escalada represiva, contra piquetes y movilizaciones. Enfrentar la represión ha templado el ánimo de todos, y que logremos echar a Puenzo va a ser una muestra más de que la lucha garpa. 

 ¿Cuáles son para vos los pasos a seguir en relación a la lucha que se abrió? 

 En primera instancia, no nos podemos engañar pensando que Puenzo actuó todo este tiempo de manera inorgánica: sus políticas expresan el ajuste del gobierno nacional, y eso va a orientar cualquier gestión que venga, aunque estará condicionada por un sector movilizado. 
 Ante la determinación del gobierno nacional de pagarle al FMI, los fondos del fomento al cine independiente pasarán a estar a disponibilidad con ese fin. Esto, sumado al creciente peso de las plataformas digitales asociadas a las grandes productoras, que quieren quedarse con la totalidad del fomento y tienen un fuerte peso en los sectores concentrados de la industria, debe hacernos tomar conciencia de que los realizadores y realizadoras, estudiantes y demás trabajadores del cine dependemos de nuestras fuerzas para lograr frenar esta avanzada. La estrategia de lobby de las asociaciones de cine independiente no ha logrado siquiera salvar a sus propios dirigentes de la carnicería que se avecina. Es la hora de plantear un verdadero plan de lucha basado en asambleas democráticas, recuperar a las asociaciones y sindicatos de sus respectivas burocracias, y unificarnos con los estudiantes y demás trabajadores de la cultura para enfrentar a quienes ven a la producción cultural solo como un gran negocio. 
 El 28 de abril habrá un festival y movilización frente al Congreso, convocado por una suma de organizaciones muy diversas, agrupadas bajo el nombre Unidos por la Cultura. Allí estaremos para exigir que se vote la ley que se prorroga los fondos impositivos que financian a los organismos culturales. Hay mucho en juego, y este partido no se define en los pasillos de los ministerios, sino en la calle. 

 Matias Melta 
 12/04/2022

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