domingo, 27 de septiembre de 2015

A 47 años de la histórica huelga de YPF



A partir del 25 de septiembre de 1968 y hasta el 26 de noviembre, los trabajadores de la Destilería YPF nucleados en el SUPE protagonizaron lo que a la postre se denominó la “La huelga Santa”. Estaba en marcha el Polo Petroquímico que se terminó entre las décadas del ‘70 y ‘80 con la instalación de Petroquímica Gral. Mosconi, IPAKO, Polibutenos, Maleic y Copetro. Aquí algunas conclusiones de esta histórica lucha que tuvo que enfrentar a la dictadura de Onganía, y a todas las alas de la burocracia sindical.

Corrían los fines de la década del ’60 y Argentina estaba gobernada por la dictadura de Onganía denominada “Revolución Argentina”. En el plano internacional se avecinaba el agotamiento del boom de la posguerra, renacían las disputa interimperialistas, que se empezaba a expresar en crisis de sobreproducción. A estas cuestiones económicas se les sumaban los factores políticos que eran los cuestionamientos a la hegemonía norteamericana. El declinar de las ganancias capitalistas plateó la necesidad de reducir los derechos que los trabajadores habían ganado durante la vigencia del llamado “Estado de Bienestar” en los países centrales, a la vez que se intensifican la ofensiva imperialista sobre las semicolonias.
En ese marco la dictadura establece un plan económico racionalizador que favorece a los sectores más concentrados del capital, en particular los internacionales. Dirigido por el “célebre” Krieger Vasena como ministro de Economía favorecía al mercado financiero y las exportaciones industriales. Devaluaba el 40%, retenciones a las exportaciones agrarias desde el 16 al 25%, redujo los aranceles de los productos importados favoreciendo la baja de los insumos industriales y para el 69 la deuda con el FMI creció enormemente. Congelamiento salarial, aumento de tarifas de servicios públicos, incremento de los impuestos y reducción del empleo estatal. Suspensiones de las negociaciones colectivas lo que abrió aun más la brecha entre los ingresos de los trabajadores y las ganancias patronales. Modificación del régimen jubilatorio de 45 años y 25 de aportes a 60 y 30 respectivamente (Circular N° 27).
Así es que para el sector petrolero dictamina la Ley de Hidrocarburos que le permitía a las empresas privadas explotar yacimientos de YPF y la Ley 14343 de racionalización administrativa que provocaba prescindibilidad a muchos trabajadores estatales.

La huelga

Estalla en el ámbito de la Destilería en forma total, operarios, empleados administrativos, técnicos y el personal de maestranza, a los que se les sumó el personal de Flota Taller Naval. El detonante fue el conocimiento de una circular patronal que imponía la pérdida de las 6 horas por 8 horas de trabajo, movimiento de personal “excedente”, la reducción de tiempo de refrigerio y los alimentos deberían ser llevados por los propios trabajadores. Conquista de más de 20 años, que el Estado de Bienestar en período de expansión generó, creando la figura de “ypefianos” y la comunidad de fábrica, con su Convenio Colectivo, guarderías, barrios etc.
El 20 de septiembre había habido una asamblea convocada por el SUPE (Sindicato Unido Petrolero del Estado) de más de 3.800 afiliados que había votado el paro por tiempo indeterminado si se imponían las 8 hs., por eso conocida la circular, el cuerpo de delegados resolvió aplicar este mandato. De inmediato se conforma un comité de huelga entre los tres sindicatos intervinientes (Destilería, Flota y Taller Naval).
Pararon los trabajadores del Taller Naval, Almacenes y Muelle YPF y el congreso de delegados de Flota Petrolera del Estado, en sesión del 23 de septiembre exhorta a todos los trabajadores a abandonar todos los buques.
Rápidamente se ponen en funcionamiento todos los actores, ante tamaña medida de fuerza que deja vacía la destilería. La dictadura prepara la represión, la dirección de Destilería organiza rompehuelgas y cancela la personería del SUPE Ensenada y del Sindicato Flota Petrolera.
La CGT dividida en dos, la Vandorista o Azopardo y la Ongarista o Paseo Colón situación que hizo que algunos sindicatos se dividieran y sus gremios nacionales se fueron con la CGT Azopardo y sus seccionales locales adherían a la “Paseo Colón”, por ejemplo Luz y Fuerza de Córdoba y SUPE Ensenada. La federación donde se encontraban todos los trabajadores petroleros del país se encontraba dirigida por Cavalli decidió no plegarse a nivel nacional con la escusa de esperar el momento de la represión. Cuando los tres sindicatos locales le respondieron que la cancelación de las personerías ya era represión, la respuesta fue el silencio para luego iniciar una lucha abierta contra la huelga. Todo determinó tres niveles de la lucha: Al interior de la fábrica por conquistas, a nivel político en contra de los planes económicos y de la política petrolera de la dictadura, y a nivel sindical desafiando la actitud colaboracionista de la dirección nacional del SUPE.

El descenlace

¿Cómo es posible que tanta energía desplegada por la clase obrera con 7.000 obreros unidos en lucha se pierda? Con acciones contra los carneros, piquetes con molotov etc. Comisión de Mujeres de Berisso, Ensenada y La Plata. Con el apoyo de la FULP y el movimiento estudiantil. Después de 63 días intensos, con más de mil despidos, las conquistas perdidas, los sindicatos intervenidos etc., los trabajadores volvieron a trabajar.
La causa esencial fue su aislamiento, producto del fracaso de todos los intentos por extender a otras seccionales del SUPE como Mendoza, Comodoro Rivadavia. La falta de apoyo de otros gremios de la zona. Las dos CGT le dieron la espalda, la Vandorista dio su “solidaridad moral” como una burla a los trabajadores en conflicto, y la Ongarista se fue en promesas, nunca organizó ni un solo paro ni la ayuda económica, por el contrario, intentaron permanentemente utilizar el conflicto para los fines golpistas del sector patronal al cual respondían.
También la dirección del comité de lucha confió durante los meses que duró la lucha, en distintos sectores del gobierno, en generales buenos, en intermediarios oficiosos, en obispos etc., pero nunca confiaron en el resto de la clase obrera, en su movilización, en el aporte del estudiantado, que eran las únicas armas que tenían para poder triunfar.
La corriente de la cual provenimos y somos parte de su tradición como partido de combate, el PRT La Verdad nucleados detrás del periódico Política Obrera, puso desde afuera del conflicto, todas sus fuerzas para el triunfo de los petroleros. El MAU (Movimiento de Alianza Universitaria), organización estudiantil de la corriente que dirigía el centro de estudiantes de Arquitectura de la UNLP, encabezado por Daniel Betti, puso en acción la unidad obrero estudiantil y se puso a la cabeza de la organización del fondo de huelga y la distribución de víveres.

Germán Chivelli

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