El veredicto emitido por los jueces Germán Sutter Schneider, Ricardo Moisés Vázquez y Otmar Paulucci, del Tribunal Oral Federal 1 de Rosario, sobre la causa del "Villazo" constituyó un acto que, según las querellas, está "fuera de toda proporción" con la evidencia. La sentencia, que investigó la represión del Operativo "Serpiente Roja del Paraná" de 1975 en Villa Constitución, se saldó con 15 absoluciones y solo dos condenas con penas significativamente reducidas.
Un punto crucial de la actuación fue que demostró la participación del poder empresarial y represivo en la coordinación del Operativo. Sin embargo, el Tribunal revirtió las condenas originalmente solicitadas: de los exgerentes de Acindar, Roberto José Pellegrini fue el único sentenciado (quien enfrentaba un pedido de prisión perpetua y fue condenado a solo seis años de cárcel), mientras que el otro gerente, Ricardo Oscar Torralvo, fue absuelto. Por otro lado, solo un ex integrante de la Policía Federal, Roberto Álvarez, fue sentenciado a ocho años de prisión.
Los ex jerárquicos de la patronal fueron señalados por su rol directo en la entrega de legajos de activistas a las fuerzas de seguridad y la financiación de tareas clandestinas de secuestro y tortura. No obstante, el fallo minimizó el alcance de estos crímenes al rechazar la figura de lesa humanidad y al negarse a declarar el "Albergue del Soltero" de Acindar como centro clandestino.
Este desenlace judicial se produce en un contexto de ofensiva contra los derechos de la clase trabajadora que traza un paralelo contundente con el pasado. La lucha del Villazo en los setenta fue una batalla por la independencia sindical, la recuperación de las comisiones internas y, fundamentalmente, por frenar la flexibilización laboral y las condiciones de trabajo inhumanas. La Lista Marrón, victoriosa en la UOM, simbolizó que el problema sindical era a la vez un problema político por la dirección del movimiento obrero.
Hoy, la clase trabajadora se enfrenta a la reforma laboral impulsada por el gobierno progenocida de Javier Milei y Victoria Villarruel, cuyo objetivo es una flexibilización aún más profunda, buscando eliminar todo rastro de las conquistas históricas obtenidas a lo largo del siglo XX. El alto grado de desmovilización se explica por la dificultad en superar las conducciones burocratizadas. Hoy desmovilizan los mismos que colaboraron en el secuestro, la represión y el asesinato de activistas durante los gobiernos de Perón e Isabelita, y la dictadura de Videla, Massera y Viola. En las recientes elecciones del 26 de octubre, la derrota nacional del Kirchnerismo debe leerse también como un rechazo a las burocracias sindicales peronistas abiertamente desautorizadas por las bases.
Este fallo se inscribe en un presente marcado por un profundo ataque político contra la clase trabajadora, la desmovilización generalizada y las luchas atomizadas. La falta de notoriedad pública y de presión social sistemática en torno al juicio del Villazo facilitó la absolución de los represores y genocidas y la reducción de las penas a los condenados.
Ciro Poreba
04/11/2025

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