lunes, 4 de septiembre de 2023

Gerardo Martinez y Milei, la libertad (de despedir) avanza


Los diarios abundan en informaciones sobre encuentros reservados entre operadores de Javier Milei y representantes de las finanzas, la burocracia sindical o los gobiernos provinciales. Pero en las últimas horas se produjo un encuentro ´cabeza a cabeza´, sin intermediarios, entre Milei y uno de los popes de la CGT, Gerardo Martínez.
 Las declaraciones de Martinez, posteriores a la reunión, no tienen desperdicio. Aunque rechazó que la agenda del encuentro incluyera una reforma laboral, de inmediato reveló cuál fue el punto excluyente de la reunión: “conocer a fondo” el régimen de la libreta de fondo de Desempleo que rige en la construcción. En eso consiste el corazón de la reforma que le exigen las patronales al próximo gobierno – reemplazar a la actual indemnización por despido por un seguro o fondo que no le implique al patrón un desembolso importante de dinero a la hora del despido. Suprimir la indemnización comporta un reforzamiento sustantivo de la extorsión patronal sobre la clase obrera. Gerardo Martinez agregó que Milei “no piensa” (sic) en una reforma laboral. Es que si consigue terminar con las indemnizaciones, el resto se arregla ´convenio por convenio´. Ello, si, como también reclama la UIA, se pone fin a la ultraactividad, es decir, a la permanencia del convenio colectivo existente cuando no existe acuerdo en las negociaciones obrero-patronales.
 Martínez, que se llevó “muy buena impresión” de Milei, le recordó al libertario la importancia de “generar puestos de trabajo sin perder derechos”, y le puso como ejemplo al convenio “especial” (y flexibilizado) que se pergeñó para Vaca Muerta. El gran señuelo de la burocracia para avanzar en una reforma laboral es la incorporación a la (seudo) formalidad laboral de una parte de los actuales precarizados, naturalmente, sin los derechos laborales actuales. En esas condiciones, ingresarían nuevas afiliaciones y fondos sindicales, aunque los sindicatos terminen resultando cascarones vacíos. 
 Pero lo más interesante de las declaraciones posteriores de Martínez se relacionan con su ubicación política en la elección general. Cuando alguien podía suponer que el secretario de la UOCRA pasaba a revistar a las filas de Milei -como estaría ocurriendo con el burócrata Luis Barrionuevo-, Martínez fue enfático: “Soy de Sergio Massa, el movimiento sindical peronista apoya a Massa presidente”. Martínez, por lo tanto, visitó a Milei como orgánico de los “Unidos por la Patria”. En esas condiciones, el ´diálogo fructífero´ en torno de la reforma laboral, o como pretendan llamarla, deja de ser un berretín libertario para convertirse en una política de Estado. 
 Las conjeturas sobre los “alocados” proyectos de Milei suelen chocar con la cuestión del consenso parlamentario, que supuestamente no tendría a la hora de la aprobación de sus leyes en el Congreso. Aunque Milei ha prometido en ese caso apelar a los plebiscitos vinculantes, es evidente que ha iniciado otro camino – digamos, el de los pactos con la “casta”. El acercamiento con Martínez es con Massa y con el pejota, y preanuncia los posibles acuerdos parlamentarios en torno de una agenda de guerra contra la clase obrera. 

 Marcelo Ramal
 03/09/2023

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