lunes, 18 de mayo de 2015

Las “barras bravas”

El 10 de octubre de 2007 se publicó en el sitio de la Deutsche Welle World (http://www.dw-world.de) una entrevista al periodista alemán Ronny Blaschke, que realizó una amplia investigación y escribió un libro sobre el vandalismo y la violencia en el fútbol.
Blaschke afirma que en algunas regiones de Alemania (y en muchos lugares del mundo) hay seres humanos que apenas tienen una perspectiva, muchos son jóvenes de 17, 18 ó 19 años, desempleados, que salen de la escuela a buscar una nueva comunidad que les de confianza y fortaleza. En la órbita del fútbol se encuentran con otras personas que tienen sus mismos problemas. Así que a través de lo que sucede en el deporte compensan esta falta de perspectiva.
A la pregunta de qué paralelismo puede haber entre lo que sucede en Argentina y el hooliganismo en Alemania Blaschke respondió: “Casi no existe ninguno. Estuve el invierno pasado (en 2006) en Buenos Aires, y uno puede comparar lo que ahí sucede con la situación de los estadios polacos y parte de los italianos. Ahí se combina la criminalidad con una corrupción rampante. No quiero menospreciar los problemas que tenemos en Alemania, pero aquí la situación es prácticamente inocua si la comparamos con Argentina. En ese país, los capos, quienes dirigen a las barras, se coluden con fuerzas de seguridad a fin de ingresar droga y permitir la venta de estupefacientes en los estadios. Así se ha podido producir un enorme negocio en torno de los ultras y los más violentos.
Algo parecido, aunque no tan extremo, ocurre en Italia. En Argentina y otros países, la ideología de estos grupos es básicamente la de la guerra; defienden sus territorios, sus mercados para la cocaína. Por ello, las batallas en los estadios son muy similares a las que se ven en los barrios problemáticos en Argentina. Yo diría que las "Barrabravas" de Argentina son el caso más grave de hooliganismo en todo el mundo, y no sólo en Sudamérica. Durante mi viaje estuve también en Rio de Janeiro, y ahí existen fenómenos similares. Pero uno mira la estadística y ve que cerca de 250 personas han muerto en o alrededor de los estadios de fútbol en Argentina. Eso no pasó en ningún otro lado, ni siquiera en la Inglaterra de los años setenta”.
En 2009 el Gobierno argentino financió el desplazamiento a Africa del Sur y la estadía de unos 300 miembros de las barras bravas.
Las barras bravas de Argentina son las más numerosas del mundo y la media de la edad de sus miembros es bastante superior a la de otros países.
Hay que concluir pues que las barras bravas argentinas no son un mero fenómeno de marginalidad social, sino que se han “profesionalizado” y forman parte del universo de negocios ilegales, violencia y represión promovido y financiado por empresas del “capitalismo de amigos del Gobierno” y por el mismo Gobierno para que actúen cuando se los requiera como fuerza de choque contra los trabajadores y los movimientos sociales.

Alejandro Teitelbaum

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