sábado, 14 de diciembre de 2013

Cesación de pagos



Reservas líquidas no llegan a los 20.000 millones de dólares

“Las reservas del Central continúan en baja y ya están cerca de perforar los 30.000 millones de dólares. Pero según las últimas estimaciones, las reservas líquidas sólo llegan actualmente a los 20.000 millones. Esta cifra apenas duplica los 9.000 millones de dólares líquidos que había en 2002, cuando el gobierno de Eduardo Duhalde se vio obligado a dejar flotar el tipo de cambio, ante la imposibilidad de salir a defender el nivel de 1,40 pesos, que se había fijado tras el estallido de la convertibilidad.
“Según un estudio divulgado por la consultora del economista Nicolás Dujovne, a los 30.000 millones de dólares, que actualmente informa el BCRA, hay que deducirles los 7.500 millones de dólares de encajes en dólares correspondientes a depósitos en moneda extranjera, que en realidad corresponden a los ahorristas y podrían demandarlos en cualquier momento. De hecho, en los últimos dos años, la pérdida de colocaciones en dólares ya asciende a los 8.200 millones de dólares. También hay que descontar del monto bruto de reservas los 2.400 millones de dólares que el Central tomó del Banco de Basilea para amortiguar la caída de reservas. Las consecuencias (de esta caída de reservas) podrían ser un mayor salto inflacionario y también un empinamiento en el tipo de cambio” (Ambito Financiero, 10/12).
(Si al total de reservas se restan las que no son del BCRA, se llega a 20 mil millones de dólares de reservas netas, no de reservas líquidas, porque a las primeras hay que restar también los adelantos en dólares al gobierno, que se contabilizan como reservas, pero no son dólares).
Veamos las alternativas que se están barajando para atenuar la caída de reservas.
Una opción sería colocar una letra ajustada por inflación oficial entre las cerealeras, que podrán utilizarla para pagarles a los productores agropecuarios. La intención es que las multinacionales ingresen gradualmente 2.000 millones de dólares que pedirán a sus casas matrices y a bancos en concepto de prefinanciación de exportaciones (ídem).
¿Los ‘productores agropecuarios’ aceptarán una letra que no podrán descontar en los bancos ni vender en el mercado, y quedarse con ellas hasta su vencimiento? Es otro intento de crear ‘cedines’ y ‘baades’.
• Salir a buscar una parte de los dólares que los ahorristas sacaron de los bancos con algún tipo de instrumento de corto plazo para seducir a los ahorristas a una tasa de interés más atractiva que la que ofrecen los bancos (0,5% anual en promedio) (ídem).
¿Quién cambiará dólares billetes, que puede invertir en cualquier lugar con mayores garantías que en Argentina, por un papel de un Estado en ‘defol’?
• Utilizar a YPF para conseguir financiamiento internacional. Hay una emisión prevista en las próximas semanas por 300 millones de dólares, más allá de los 150 millones de pesos que se colocarán en el mercado local. Pero la idea es efectuar una serie de emisiones que sumen cerca de 2.000 millones de dólares a lo largo de 2014. Se trata de la receta que aplicó Martínez de Hoz y que llevó a un vaciamiento colosal de YPF (ídem, 10/12).
¿Es ésta la recuperación de la soberanía hidrocarburífera y la vía para superar el vaciamiento energético de la década ganada? La consecuencia de esta ‘alternativa’ sería además un aumento fenomenal del precio de la nafta y una mayor dependencia de los monopolios petroleros internacionales.
• Por último, también se seguirán buscando fuentes de financiamiento internacional, como ya comprometió el Banco Mundial, y ahora se intenta efectuar algo similar con el gobierno chino (ídem).
Pero no se trata de recursos de libre disponibilidad, sino que se van desembolsando a medida que avanzan las obras comprometidas.

Jorge Altamira

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