lunes, 9 de julio de 2012

El neoliberalismo al palo: trabajadores de Call Centers


Por Jorge Duarte*.

Análisis de la realidad de los trabajadores de Call Centers. Los centros de atención telefónica son hoy uno de los principales lugares de inserción laboral para los jóvenes.

Mientras se destruían empleos en los sectores productivos y comenzaba a trasladarse una parte de la demanda de trabajo al sector de servicios en los 90, los centros de atención telefónica emergieron como un foco importante de inserción en el mercado laboral. El contexto de furioso neoliberalismo en el que surgen no es casual y la impronta de precarización laboral obtenida como marca de nacimiento todavía rige en la mayoría de los denominados “Call Centers”.
Muchas personas de entre 18 y 35 años es muy probable que hayan tenido alguna experiencia laboral relacionada a un centro de atención telefónica. Estas empresas, que se han convertido en grandes captadoras especialmente de jóvenes, expresan la cara más pura del neoliberalismo: el individualismo extremo. Las competencias a la que son sometidas los trabajadores con sus mismos compañeros son brutales. En muchas ocasiones se trata de vencer en compulsas de ventas o en “productividad” a sus propios compañeros, porque de eso depende parte del salario que perciban a fin de mes.
La gran presión que sufren los trabajadores de Call Centers -que en algunos casos llegan a atender más de 200 llamadas en 6 horas-, los bajos salarios que perciben y el alto nivel de precarización que soportan generan una realidad de circulación permanente. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el trabajador del sector tiene una rotación muy importante, dado que la mayoría del personal no pasa del año de antigüedad en cualquier empresa del rubro. Cabe remarcar que las cifras de permanencia en un puesto varían ampliamente entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Salta, Tucumán o Mar Del Plata, siendo que en estas últimas ciudades suelen encontrarse números de estabilidad más prolongados en el puesto, ante la escasa oferta laboral alternativa.
Para comenzar a revertir esta situación de absoluta desprotección, los trabajadores de Call Centers están formando un gremio que represente sus intereses, el Sindicato Único de Trabajadores de Atención Telefónica (SUTAT). Esta rama laboral actualmente no se encuentra cubierta por un convenio colectivo de trabajo que ampare específicamente la labor y ese es uno de los objetivos principales del SUTAT. Esta carencia genera desprotección de los trabajadores y beneficios para las empresas, que aprovechan el vacío legal para flexibilizar las tareas y los tiempos productivos. Esta misma falta de encuadre es la que no resguarda a los trabajadores de distintas enfermedades laborales propias como pueden ser la sordera, la tendinitis en las manos, los dolores de espalda, stress, etcétera.
En Argentina los trabajadores de atención telefónica superan los 70 mil, distribuidos a lo largo del país. El salario que perciben estos 70 mil trabajadores es de $3000, en promedio. Recordemos que el Salario Mínimo Vital y Móvil es de $2300, y que según estimaciones razonables que presentó la Junta Interna de la Asociación de Trabajadores del Estado en el Indec (ATE-Indec) una familia tipo necesita de $ 5.502 por mes para cubrir sus gastos.
El SUTAT ya comenzó los trámites ante el Ministerio de Trabajo para obtener la simple inscripción, paso necesario para consolidarse como órgano de representación y para comenzar a negociar mejoras salariales y de condiciones laborales. Sin embargo, un trámite que debe durar aproximadamente 90 días para chequear que los afiliados sean reales y que el estatuto se ajuste a derecho, lleva 15 meses sin novedades. Esta “demora” del ministerio de Trabajo es atribuida a diversos factores, entre ellos dos muy importantes: por un lado las presiones que ejercen las patronales y el poder de lobby que ostentan para impedir la organización gremial. Por otro lado el gremio de comercio, liderado por Armando Cavalieri, que actualmente tiene bajo su órbita a los trabajadores de Call Centers y ejerce su capacidad de presión para no perder esa importante masa de recursos que generan los 70 mil trabajadores del sector.
El cuadro se completa con patronales que persiguen sistemáticamente a quienes comienzan a organizarse. Esta situación se acentúa en empresas multinacionales ubicadas en provincias del Norte de nuestro país, donde no sólo el trabajador no posee ningún tipo de resguardo sindical, sino que a cualquiera que intente defender sus derechos le espera, inevitablemente, el telegrama de despido. Las metodologías persecutorias van de la mano de un objetivo claro: no permitir la organización de los trabajadores en una asociación sindical que haga contrapeso al poder empresarial y pueda oponerse a la lógica neoliberal imperante.

* Licenciado en Comunicación Social / Periodista especializado en temas gremiales / Conductor de En Casa Hablamos FM Radio Sur 88.3 http://escritosdeclase.blogspot.com.ar/ @ludistas

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