miércoles, 3 de diciembre de 2008

Ante el fallecimiento de Raúl Laguzzi

Difundimos comunicado de CORREPI SUR

Ante el fallecimiento de Raúl Laguzzi

El pasado 27 de noviembre falleció Raúl Laguzzi, quien fuera rector interino de la UBA en el año 1974, hasta que el 7 de septiembre de ese año sufrió un atentado perpetrado por la Triple A, en el cual murió su hijo Gustavo, de cinco meses de edad.
Laguzzi murió a causa de un ataque cardíaco en su casa de París, lugar donde residía junto con su esposa desde 1976.
Era bioquímico de profesión, y llegó a ser decano de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA antes de ser nombrado rector de dicha Universidad. En ambos roles, su labor profesional y militante estuvo dedicada a poner la ciencia al servicio del pueblo. Con dicho objetivo, impulsó la creación de una planta de producción de medicamentos en la cual la comunidad educativa pudiera participar de proyectos de salud para toda la población, aspiraciones que sin duda eran opuestas al modelo de país que el gobierno de Isabel Perón y la posterior dictadura impusieron.
La Alianza Anticomunista Argentina sentenció a muerte a Laguzzi, colocando una bomba en su domicilio. Tras este atentado, en el que resultó muerto su pequeño hijo, se asiló en México junto con su esposa, Elsa Repetto, y luego en Francia, país que se convirtió en su lugar de residencia definitiva.
Hace algunos años, el matrimonio Repetto-Laguzzi realizó una demanda civil al Estado por su responsabilidad en la muerte de Gustavo, donando la integridad de la indemnización recibida a través de ese juicio a escuelas, comedores, instituciones públicas y ONGs dedicadas a la asistencia de la niñez. Sin embargo, los tiempos de la causa penal que investiga los crímenes de la Triple A, en la cual forman parte de la querella, han permitido que asesinos como López Rega murieran sin haber sido condenados, y que víctimas como Laguzzi fallecieran antes de ver tras las rejas a la totalidad de los responsables de estos crímenes atroces.
La impunidad seguirá siendo ley en nuestro país, mientras el Estado no ponga todos sus recursos para juzgar y condenar a todos los genocidas y sus cómplices. La gravedad y trascendencia histórica de los delitos de lesa humanidad necesitan de un tratamiento serio, urgente, profundo, sin privilegios para los acusados, que permita alcanzar una verdadera justicia.
El Estado, hoy dirigido por un gobierno que se autoproclama "defensor de los derechos humanos" cuenta con todos los medios necesarios para desentrañar la red criminal de la represión institucional de los años 70. Pero la suma de genocidas condenados o procesados es apenas un ínfimo porcentaje de los que participaron en el peor baño de sangre de nuestra historia reciente. Los Derechos Humanos en Argentina siguen siendo hoy una utopía, con millones de personas en la miseria, con presos políticos, luchadores populares perseguidos, jóvenes víctimas del gatillo fácil, nuevos desaparecidos, y una política que garantiza la impunidad de los represores de ayer y de hoy.
Por eso seguimos luchando contra la impunidad y la represión, contra la criminalización de la protesta y de la pobreza, por el juicio y castigo a los asesinos de ayer y de hoy, con la convicción de que homenajear a los compañeros que ya no están no significa otra cosa que continuar la lucha por una sociedad sin explotadores ni explotados.

Raúl Laguzzi ¡PRESENTE!


CORREPI SUR

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