lunes, 21 de mayo de 2007

TANIA LA GUERRILLERA.





Murió el 31 de agosto de 1967 en Bolivia le decimos a Haydée Tamara Bunke, a nuestra querida Tania la Guerrillera:“Para ti todas las flores y cantos del mundo, tu paso por la vida no fue en vano y de la tierra brota tu nombre como semilla del futuro”.

Cuentan que un día de 1961 procedente de Alemania llegó a la isla de Cuba una jovencita de apenas 25 años, de figura delgada, de pelo largo y claro y de ojos verde-azules, que venía a encontrarse con alguien que ella había aprendido a amar a pesar de la distancia: la Revolución Cubana.

La bella muchacha había nacido en Argentina en 1937 y le pusieron por nombre Haydée Tamara Bunke Bider. Parte de su niñez la pasó en la tierra río platense y en 1952 se trasladó al país de sus padres, la República Democrática Alemana.Allí conoció los relatos de dolor y muerte que había dejado el fascismo en ese país y en toda Europa y por eso, para mantener allí el Socialismo se integró a la Juventud Libre Alemana y después al Partido Socialista Unificado.

Cuando supo del triunfo revolucionario en Cuba, Tamara pensó en el entrañable amor que sintió siempre por Latinoamérica y decidió venir a esta isla para ponerse a su servicio dejando sus estudios de filosofía en la RDA.

Ya en Cuba laboró como traductora del Ballet Nacional, del ICAP, y del Ministerio de Educación. Se integró a la Federación de Mujeres Cubanas, matriculó la carrera de periodismo en la Universidad de La Habana y se hizo miliciana.En 1963 Haydée Tamara Bunker se transforma en Tania porque a partir de marzo de ese año materializa su mayor anhelo: defender la Revolución desde las filas de sus enemigos y después de un año de entrenamiento se marcha a Europa y luego pasa a Bolivia, donde se relacionó con altas personalidades de la cultura y la política, incluso algunos muy allegados al Presidente René Barrientos.
Comenzó así su labor preparatoria para el establecimiento de la guerrilla internacionalista del Che en las selvas bolivianas y ella misma se incorpora ya como combatiente al grupo en marzo de MIL 967 dando múltiples muestras de valentía, eficiente preparación y alto espíritu combativo. Fue incorporada al llamado grupo de Joaquín o de retaguardia.

Y cuentan que aquella tarde del 31 de agosto de MIL 967, cuando el grupo era conducido por un traidor a una emboscada, los propios soldados quedaron atónitos al ver aparecer entre la vegetación a la bella muchacha portando un fusil M-1, con su mochila al hombro, vistiendo pantalón de camuflaje y una desteñida blusa a rayas verdes y blancas.

Tania fue la penúltima en penetrar en la rápida corriente del Río Grande. El agua le llegaba casi a la cadera cuando se escucharon los primeros disparos y una ráfaga le alcanzó el pulmón siendo arrastrada por el agua. Siete días después su cadáver fue encontrado a orillas del río. Unas religiosas pidieron sus restos para darle cristiana sepultura la cual recibió secretamente en el cementerio de Valle Grande. Tenía entonces veintinueve años de edad.

Y cada 31 de agosto, manos desconocidas llenan de flores el lugar donde se encontró su cuerpo y desde donde Tania la Guerrillera, hecha ya leyenda, vive el grito de libertad que recorre América Latina.
Y los cubanos que la tuvimos entre nosotros y la hicimos nuestra, la recordamos hoy con un fragmento de este poema que ella escribió un día de 1966 cuando cumplía su riesgosa misión y por la cual se le hizo entonces militante del Partido Comunista de Cuba:

¿Nada será mi nombre alguna vez?
¿Nada dejará en pos de mí en la tierra?
Al menos flores, al menos cantos…
¿Acaso en vano vinimos a vivir, a brotar sobre la tierra?...


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La tumba de la guerrillera heroica
Por Prensa de Frente - Saturday, May. 19, 2007
Bertold Brech se preguntaba:
“¿Quién construyó Tebas, la de las siete puertas? En los libros figuran sólo nombres de reyes. ¿Acaso arrastraron ellos los bloques de piedra? (...) ¿Adonde fueron la noche en que se terminó la Gran muralla china, sus albañiles?".
Podríamos pensar, entonces, ¿cuántas mujeres recorrieron la historia entre las sombras proyectadas por la Historia, escrita desde el poder? En la escuela nos enseñaron el heroico esfuerzo de las mujeres mendocinas que hilaban y tejían banderas celestes y blancas para acompañar a San Martín en su guerra revolucionaria contra el Imperio español, y así aprendimos que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer. ¿Por qué Juana Azurduy en el Alto Perú rebelde de 1810 o Sor Juana Inés de la Cruz en el Siglo de Oro mexicano tuvieron que ponerse botas y vestirse de varón, en algún momento de sus vidas, para ser tomadas en serio?

¿Por qué en los corridos de la revolución mexicana es más fácil recordar a la mítica Adelita acompañando a las tropas de Pancho Villa o yéndose con otro, en vez de reconocer a la mujer de carne y hueso que encabezó a la población de Parral para oponerse a una columna del ejército yanqui que había invadido México en marzo de 1916? ¿Por qué Tania la guerrillera siempre es la compañera del Che?
Haydee Tamara Bunke Bider nació en Buenos Aires el 19 de noviembre de 1937, de padres inmigrantes alemanes y rusos que habían escapado de la persecución nazi. En 1952 la familia se traslada a la República Democrática Alemana, Tamara termina el colegio secundario e ingresa a la carrera de Filosofía.
Poco tiempo después se integra a las estructuras del socialismo burocrático militando en la Juventud Libre Alemana y luego en el Partido Socialista Unificado de Alemania, donde se especializa en relaciones internacionales. Cuando la revolución cubana inspirada en José Martí proclama el socialismo a través de la Segunda Declaración de La Habana, en 1961, la profundidad de la ruptura y la riqueza del horizonte revolucionario impactó en las izquierdas americanas y europeas. Mao y el Che eran los símbolos de la “nueva izquierda” que amenazaba desde un rebelde Tercer Mundo la convivencia pacífica entre el occidente capitalista y el oriente comunista. Ese mismo año, Tamara abandona lo que podría haber sido una cómoda carrera política en Alemania oriental, deja sus estudios y se traslada a Cuba, donde trabaja como traductora en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, en el Ministerio de Educación e incluso como guía turística, iniciando la carrera de periodismo en la Universidad de La Habana. Al mismo tiempo se vincula con la Federación de Mujeres Cubanas y se enrola en las Milicias Nacionales Revolucionarias, donde es seleccionada en 1963 para un curso de inteligencia. En 1964 recibe instrucciones del Che para las tareas de espionaje que ejercería en Bolivia. Es así como Haydee se convierte gradualmente en Tania, y comienza a experimentar la doble vida del revolucionario clandestino. Nuevamente viaja a Alemania, de allí a Perú donde obtiene la visa para entrar en Bolivia como ciudadana argentina con un DNI falso a nombre de Laura Gutierrez Bauer, de profesión antropóloga.

En La Paz, se desempeña como investigadora de folklore en el Ministerio de Educación, estableciendo relaciones con diferentes personalidades de la política y la cultura, entre ellos el Director Nacional de Información de la Presidencia. Se casa con el hijo de un reconocido ingeniero de minas y de este modo obtiene la radicación definitiva. En 1966 comienza a preparar la llegada al país de los combatientes cubanos internacionalistas que se suman a los guerrilleros bolivianos y colabora en su traslado al campamento de Ñancauazú. Sus conocimientos de inteligencia y contrainteligencia sumados a los contactos obtenidos desde su trabajo de superficie son claves para iniciar la aventura del foco guerrillero en los Andes bolivianos. A comienzos de 1967 visita en repetidas ocasiones el campamento haciendo tareas de enlace, pero en una de sus estadías se revela su identidad y allanan su casa, donde son secuestradas fotografías que se había sacado Tania con el dictador Rene Barrientos y con el jefe de las FFAA. El ejército entrenado por la CIA y experto en contrainsurgencia descubría que durante años había sido espiado detrás de las líneas enemigas por una mujer que se había atrevido a levantar la barrera de las “fronteras ideológicas”.

Así Tania se ve forzada a permanecer en la clandestinidad de la selva y se incorpora a un destacamento guerrillero. Al no tener preparación física para hacer marchas forzadas debido a su rápido cambio de funciones, Tania rechaza cualquier “trato especial” y asume la defensa del campamento sin participar en los desplazamientos de las columnas principales. Su situación revelaba un golpe mortal a la base urbana de la guerrilla, y expresaba al mismo tiempo el creciente aislamiento del foco rural en Bolivia. El 31 de agosto de 1967 su destacamento es emboscado por el ejército boliviano y Tania cae en el desigual combate. Su cuerpo fue llevado por el río, pero más tarde fue encontrada y enterrada por los militares. Quizás la visión luminosa, enceguecedora del camino de agua al final de su vida sea una buena metáfora para recordar a aquella terca viajera de la revolución mundial.

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