Peter Lamelas, el individuo en cuestión, no ha hecho otra cosa que exponer lo que el gobierno estadounidense está ‘negociando’ con el argentino cuando falta apenas una semana para que venza el plazo que Trump ha asignado al resto del mundo para arribar a acuerdos acerca de los “aranceles recíprocos”. Parte del velo que cubre a esas negociaciones fue levantado por el diario La Nación recientemente, cuando informó acerca de las exigencias del gobierno norteamericano y sus monopolios farmacéuticos en cuanto a los aranceles que protegen a la industria argentina y a un supuesto fraude en cuanto al uso de patentes. La alusión de Lamelas a su propósito de ‘visitar’ las provincias argentinas, no sólo reveló una inimaginable ignorancia acerca del sistema federal que rige en su propio país, sino que tiene que ver con directivas impartidas por el expresidente Joe Biden (que siguen vigentes bajo Trump) acerca de que el ingreso del litio a Estados Unidos está condicionado a que forme parte de una cadena de producción liderada por empresas estadounidenses. Es lo que Milei y Werthein están dispuestos a firmar bajo el rubro “inversiones industriales” norteamericanas, a las que se refiere La Nación. Hasta donde es de conocimiento público, ninguna “fuerza” nac & pop, ni tampoco de sus laderos de la pseudoizquierda, se han pronunciado por estas tratativas, a pesar de que refuerzan la instalación de Argentina en la órbita del imperialismo yanqui. La ruta de la integración minera de Argentina en el mercado internacional fue lanzada por el gobierno de Menem y firmemente seguida entonces y después por el matrimonio Kirchner. El gobierno de CFK autorizó la minería a cielo abierto en la zona de los glaciares y la misma expresidenta celebró un acuerdo muy recordado con el presidente de Barrick Gold.
Peter Lamelas, un aventurero típico de los laderos de Trump y sus delitos de la noche, también incursionó en asuntos geopolíticos, aunque no se trata de una novedad luego de las giras de dos jefes del Comando Sur de Estados Unidos, incluida una reunión en el Senado con la exvicepresidenta. El enlace entre Estados Unidos y Argentina ha incluido ejercicios militares conjuntos en el Atlántico Sur, bajo todos los gobiernos desde el llamado retorno a la democracia. Ni el peronismo ni el kirchnerismo pueden tirar la primera piedra. Al fin de cuentas, el sometimiento al FMI tiene un sello pluripartidario, como fue ratificado en 2022 por el gobierno de los Fernández. La partidocracia de una nación encadenada, por todos sus gobiernos, a la servidumbre de una deuda pública usuraria, que es en definitiva una deuda externa en todos sus términos, no puede reivindicar una condición auténticamente nacional bajo cualquier forma que sea.
La mayor insidia de este bucanero fue el señalamiento de su propósito de extender el período de condena penal contra Cristina Kirchner. Pero esto es exactamente lo que impulsan los dos fiscales del Tribunal Oral que sancionó a CFK. De cualquier manera, no se escuchó en su momento ninguna reprimenda a la AmCham, una cámara extranjera presidida por una argentina, cuando reclamó la sanción legal de la “ficha limpia”, para privar a la doble ex de sus derechos políticos. Esta violencia política de carácter imperialista asume una magnitud mayor, en ausencia de una intervención militar directa, en Brasil, al cual Trump amenaza con imponer un arancel del 50 % a sus exportaciones (con la perspectiva de subirlo al ciento por ciento), si no libera judicialmente a Jair Messías Bolsonaro y si no expulsa de la Justicia a los miembros que juzgan a Bolsonaro por “atentado al estado democrático de derecho”, lo que equivale a una “traición a la patria” y una condena de 40 años. Lula ha prometido, por ahora, responder a Trump con la misma vara -aranceles de la misma magnitud-, pero la burguesía brasileña, más allá de las palabras, ha comenzado el retiro de la Bolsa de São Paulo.
El fraude pseudonacionalista ha unido a Kicillof con los voceros de CFK, en un intento desesperado de subir sus posibilidades electorales en la Tercera Sección de la provincia de Buenos Aires, al igual que intentan hacerlo con el fraude "antiajustador". Los mismos apetitos que los separan en la disputa por las listas del peronismo, los unen para disfrazar una condición que no tienen: un antiimperialismo consecuente. La lacra de Lamelas ha dejado expuesta la cobardía insuperable del nacionalismo burgués.
Jorge Altamira
23/07/2025
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