En el fondo, este cuadro está poniendo en evidencia la inconsistencia de fondo de la política del gobierno. Mientras el kirchnerismo sale a juntar firmas para su proyecto de blanqueo de capitales para el pago al FMI y despotrica contra la fuga, esta fuga se sigue produciendo a ritmo acelerado, así se explica que en medio del alza de precios de las materias primas, el país no acumule reservas. La “renta inesperada” del agro producto de la guerra se descarga fuertemente sobre los trabajadores bajo la forma de aumentos de precios, algo que no cuestiona el impuesto extraordinario que pretende cobrarle el oficialismo (aunque habrá que ver si tiene los votos en las cámaras). Como medida “antinflacionaria”, el gobierno viene aumentando reiteradamente las tasas de interés, apuntando a enfriar la economía. Esta, por otro lado, va camino a crecer solamente por el arrastre del rebote de 2021.
El golpe se siente entonces sobre salarios y jubilaciones, y no está compensado por las paritarias a la baja que firma la burocracia y que vienen perdiendo con la escalada inflacionaria. Tampoco por un bono por única vez, cuyo acceso, por otro lado, el gobierno quiere limitar a través del pago por la página de la Anses, como denuncia la Unidad Piquetera, que reclama el acceso universal. Pero incluso el 0,3% del PBI, destinado a esta medida, alcanzó para que “los mercados” interpretaran una vacilación en el ajuste fiscal, acentuando la fuga de capitales. Mientras, crece el endeudamiento en pesos para financiar al Tesoro. El gobierno dibujó las cifras fiscales del primer trimestre, incorporando modificaciones a la valuación de los bonos por inflación. Este dibujo está al servicio de cubrir la espiral de subsidios sin financiamiento posible para el barril sin fondo de las viejas privatizadas de la energía, que crece en la antesala de los tarifazos. El Fondo, ahora, deberá convalidar o bajarle el pulgar a esta maniobra en el marco de la revisión trimestral que firmó el gobierno con el acuerdo.
¿Quién defiende a Guzmán?
No es casualidad, en este cuadro, que Guzmán esté en la cuerda floja. El plan trazado por el acuerdo con el Fondo está mostrando su inviabilidad. Esta inviabilidad pretende explotarla el kirchnerismo, que apunta contra el ministro con críticas diarias a cargo del “Cuervo” Larroque. Pero la crítica kirchnerista no puede identificarse con un planteo “nacionalista” y tampoco “popular”. El elegido para la campaña es nada menos que el responsable de la mayor medida represiva del actual gobierno, el desalojo de la ocupación en Guernica. Cristina ordena el bombardeo sobre Guzmán mientras se reúne con el Comando Sur norteamericano. La prenda de unidad entre ambos es el massismo, con quien Máximo Kirchner institucionalizó una mesa de conducción del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires. La “resistencia” del kirchnerismo al ajuste no se traslada tampoco a los gremios que dirige: la Ctera mira impasible cómo los salarios docentes de todo el país son aniquilados por la inflación. Los críticos de Guzmán no tienen un programa alternativo y siguen en el gobierno haciendo la tarea sucia de contención “por izquierda”.
La crisis del acuerdo económico y la agudización de la inflación también afectan a la oposición derechista. Milei golpea diariamente los vasos comunicantes de Juntos por el Cambio con el oficialismo, que se pusieron de manifiesto en la votación en común del pacto con el Fondo. Asocia así al ala “dialoguista” de la oposición, al fracaso del oficialismo. El crecimiento de Milei en las encuestas, fuertemente apalancado por diversos medios de comunicación, condiciona la agenda política. Pero hay que tener en cuenta que las denuncias de los Milei/Marra y su grupo antipiquetes la llevan adelante los gobernadores y el gobierno nacional, con la represión y criminalización de las luchas en todo el país.
¿Aguanta Guzmán entonces en este cuadro político el fracaso de su programa? La respuesta está en los gabinetes de la Unión Industrial e inclusive las entidades del campo, que no participaron en el tractorazo derechista contra el impuesto a la renta inesperada. La gran patronal ve todavía en el tándem entre Guzmán y el FMI un reaseguro para abordar la etapa previa a las elecciones presidenciales, y operar allí en favor de un recambio político que recomponga las condiciones para avanzar más a fondo en reformas “estructurales” que considera “pendientes”. Es un apoyo condicionado y parcial, pero pone de relieve el carácter propatronal de un gobierno que acentuó la redistribución regresiva del ingreso, el golpe a salarios y jubilaciones, armando un esquema que permite enormes ganancias para la gran patronal.
La izquierda y las luchas
El 1° de Mayo, el Frente de Izquierda realizará su acto en la Plaza de Mayo y ganaremos las calles en todo el país con un programa contra el ajuste pactado con el Fondo Monetario, por aumento de emergencia e indexación a los salarios, por el 82% móvil para las jubilaciones, por trabajo genuino y por un seguro universal a los desocupados. Alzaremos la voz contra la represión y la criminalización de la protesta. Vamos a plantear que la crisis la paguen los capitalistas, a defender el no pago de la deuda, la nacionalización de la banca y el comercio exterior, por un plan económico y político de salida a la crisis bajo control de la clase trabajadora. Vamos a denunciar la guerra imperialista de la Otan y la invasión Rusa en Ucrania.
El acto va a producirse luego del paro del Sutna por la revisión paritaria. En la semana del paro de la UTA en el interior y de bancarios por el salario. Cuando vuelven a las calles los trabajadores de los hospitales de la Ciudad. Luego de la gran huelga docente de Misiones o cuando la docencia clasista de la provincia de Buenos Aires protagoniza una enorme lucha para recuperar sus sindicatos de manos de la burocracia de Baradel. Y, por supuesto, a dos semanas de la Marcha federal que organiza la Unidad Piquetera contra el hambre y el ajuste, que va a sacudir el país con movilizaciones multitudinarias. El Frente de Izquierda levanta el 1° de Mayo el planteo de un plan de lucha nacional involucrando a toda la clase obrera para quebrar el ajuste del Fondo Monetario y abrir paso a una salida de la clase obrera.
En este proceso popular está la clave para torcer un rumbo que se ha caracterizado por descargar la crisis sobre las espaldas de las y los trabajadores. En la lucha contra el ajuste, que viene encabezando el movimiento piquetero independiente, apostamos a forjar un nuevo movimiento popular, con banderas socialistas, para abrir paso a una lucha a fondo contra el régimen de hambre y saqueo de todos los que nos gobernaron las últimas décadas.
Juan García
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